Sábado. Cuatro de la tarde.
Acabo de llegar de trabajar. Lo primero que he hecho ha sido
buscar tu voz.
Todavía no he comido, ni me he quitado el uniforme ni he
bebido agua. He buscado tu voz, deliciosa e increíblemente dulce.
Te decía que soy sensible a las voces y a los acentos. Es mi
propia versión de “la música amansa a las fieras”. Y tu voz me relaja, me
apetece ronronear y buscar tus susurros.
Qué será de nosotras no lo sabemos.
Pero hoy, sábado-cuatro-de-la-tarde, puedo decir que me
haces sonreír y que me apetece buscarte.
Muchas veces nos olvidamos de lo sencillo que puede resultar algo. Si te hace sonreir...si te apetece ronronear... es que es positivo para ti.
ResponderEliminarNadie sabe qué va a pasar en el futuro...pero en cierto modo el futuro se construye sobre una sucesión de presentes.
Un abrazo.