domingo, 18 de noviembre de 2012

hola


La típica persecución.
Corro entrecortadamente y respiro con torpeza. Al girar la esquina los colores siguen siendo ocres grisáceos. No hay líneas definidas y nunca, nunca-nada es lo que parece.
Nunca vuelo cuando me persiguen. Prefiero entrecortadamente y con torpeza avanzar.

-¿Es necesario respirar en los sueños?
-Es necesario huir.

La tópica persecución.
Mi piel se va desprendiendo de células muertas y absurdas. Todo aquello que fue tocado, conmovido y excitado ha abonado el camino de la memoria. Ahora luzco un traje nuevo. Corro entre calles habitadas de pretéritos.

-¿Es necesario respirar en los sueños?
-Es necesario buscar.



Hay adioses que deparan holas.

Ahora.
Ahora voy a pensarte y convocarte a mis sueños. Te invito a la libertad que año tras año he ido construyendo.
Podrás bailar sin ritmo, cantar sin afinar, comer con las manos y despertarte cuando te plazca. Podrás volar con o sin técnica, emigrar y volver al instante, reír con fuerza hasta que se vayan todos los fantasmas. Podrás acompañarme por calles que nunca nadie ha pisado porque solo mi imaginación las creó o podrás tú misma guiarme por los caminos que quieras inventar. Te invito a soñar y ser soñada. 

domingo, 11 de noviembre de 2012

SPEECH-SEX ACT


AMAZONAS
 
Al principio, si alguna vez hubo un principio, todas las amantes se llamaban amazonas. Y vivían juntas, amándose, celebrándose, jugando, en aquel tiempo en que el trabajo todavía era un juego.
Monique Wittig
 



Sabia Loca, que está ahora por tierras riojanas, me miró fijamente, como siempre hacía, para decirme ya está, ya pasó. De vez en cuando la recuerdo, de vez en cuando me lo recuerdo. Sigue funcionando. Una nana compuesta por un estribillo únicamente. Ya está, ya pasó.

Tengo conversaciones interminables mientras trabajo en la fábrica. En silencio.
-¿No seré demasiado lesbiana?
-Nunca se es demasiado lesbiana.
Ante esta inmediata respuesta –pensada entre risas pícaras- vuelvo a mi primera pregunta.


Donde antes había una Musa, existe ahora un ejército de amazonas. Provocan sonrisas, intempestivas casi todas ellas y yo voy poniendo excusas allí donde surgen. Busco sus miradas, nada más que eso. A veces, si tengo suerte, también me hablan. Y en mis dedos aparece el escalofrío que precede a las palabras. Garabateo prosas que también yo, Jasper Gwyn,  podría titular, “Escenas de libros que nunca escribiré”.

Porque

”Esté yo donde esté y venga de donde venga, mi lengua es lesbiana”
 Sandra Lahire