domingo, 13 de mayo de 2012

Adicciones


Era la noche más estúpida del año. Era la hora más interminable de la noche. Devoraba uñas ante la tentación de fumar. Aunque ahora solo parezcan heridas que nunca cicatrizarán, seguro que allí antes hubo uñas.
La estúpida del año, la noche de ahora.
Cuerpos. Toda una vida. No hay fechas, lo indefinido nos ata a la incertidumbre.
Hay demasiados interrogantes y muy poca paciencia.
En la noche más interminable se le dio por pensar. Qué mejor momento para hacerlo, desde luego. A penas algún grillo, un casi imperceptible haz de luz y ni frío ni calor. Se estiró completamente y eliminó el obstáculo que mantenía sus pies atrapados. Esto ha sido fácil, sonrió para sí misma. Y cuántas sonrisas se pierden sin que nadie pueda verlas.

Pensó que estaba harta de pensar.

Fue breve. A veces pasa.
En la noche más larga y estúpida, solo fue capaz de pensar que estaba harta de pensar.

Se levantó y encendió un cigarro. Porque las uñas no están reñidas con los cigarros y los pensamientos a veces no son tan largos como las noches.

3 comentarios:

  1. Cómo me alegra volver a tenerte por aquí. Se te ha echado de menos. Los demás seguimos con nuestros blogs, algunos algo más renovados, pero en esencia iguales. Besos, guapa.

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    1. Yo también me alegro de volver. No sé por qué he tardado tanto, la verdad. Pero ya estoy aquí.
      Gracias, siempre, por pasarte por estos pequeños hogares míos.
      BICOS PRINCESA. :)

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  2. Yo también estoy un poco harta de pensar. Pero no de leerte. Eso jamás!

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