Caray, me paso el día escribiendo y, sin embargo, no escribo aquí desde hace más de 6 años. Añoro la escritura creativa y darle al teclado sin pensar demasiado en quién va a leerme. Sí, la añoranza. Quizá exista algo así como la morriña verbal...
Sigo soñando. Eso es importante. Mi mundo onírico, contra todo pronóstico o contra toda razón, me mantiene cuerda. Sueño con volver. El Gran Sueño. Volver. Porque mi horizontalidad es gallega aunque en vertical siga caminando por calles aragonesas. Éche o que hai.
Y sí, me paso el día escribiendo. Resulta que hay algo llamado SEO, que además de una catedral en Zaragoza es la forma en que Google ha atrapado a tododios. Algo tan sencillo como que para que tu página salga bien posicionada en Google tienes que escribir contenido de calidad. Total, que no todo el mundo escribe, así que llevo ya una buena temporada escribiendo sobre temas tan prosaicos como las plagas de jardín, las reformas de jardín o los desatascos urgentes 24 horas. Ahora ya se entiende que añore la escritura creativa, ¿no?
Mi pensamiento sigue circulando en modo-estrategia, lo cual quiere decir que a veces hago cosas extrañas que van encaminadas a lograr fines más grandes (como escribir sobre desatascos). Abandoné las redes de Inditex para ser autónoma (con un par de ovarios, sí). Diseño y comunicación se unieron en un proyecto creativo llamado Serdeletras (al menos el nombre está vinculado con lo que más amo, jeje). La ventaja es que trabajo desde casa y eso me permite viajar y moverme. Eso me permitirá, cruzando dedos, volver a Galiza cuando los astros me sean propicios.
Bueno, también sigo haciendo chapas. Y van 15 años. Chapas feministas, chapas del orgullo, chapas gallegas y algunas otras chapas reivindicativas y molonas. Mi compa lo llama "bocaditos de diseño". Me relaja, me divierte, me permite conocer a gente maja... vamos, que Chapatízate sigue vivo.
Y como me gusta el diseño web y a veces me da por diseñar nuevas páginas, también abrí otra página exclusivamente de chapas feministas. Locuras de otitis+lumbago.
Ahora, después de 6 años, me asomo por estos lares tímidamente, actualizándome. Probablemente no quede nadie por aquí, pero el desahogo que provoca arrastrar mis dedos por el teclado sin un fin prediseñado me gusta. Volveré por aquí, sin pretensiones.